7.01.2005
Crítica de la pirámide
Así se titula un ensayo que escribió Octavio Paz sobre la dictadura del PRI en México y la estructura social en que se sustentaba. Pero aquí no vamos a hablar de política sino de arquitectura. No de una pirámide metafórica sino de ese montón de pirámides que pueblan nuestras ciudades sin que a nadie parezca importarle. ¿No encuentran absurdo un lugar así? Yo personalmente no los entiendo.
Parece una ciudad funeraria, como dicen algunos que es Washinton D.C. con su gusto neoclásico y su grandiosidad imperial. Pero una ciudad de pirámides no estaría tan mal. El problema es que en Colombia las pirámides sólo empiezan encima del tercer piso. Antes suelen ser prismas de base rectangular o cuadrada, pero a partir del tercer piso empieza la reducción progresiva de una unidad que, creo, es la del tamaño del cuadrado o rectángulo base.
Lo más feo es que no son pirámides regulares, sino que en los edificios muy altos cuanto mayor sea el piso, menos diferencia tiene con el anterior. Y nunca llega a haber un vértice.
Sí, yo soy bobito, yo veo pirámides cuando sólo hay edificios comunes y corrientes. Es que me enseñaron a creer lo que me dicen. También sé que todos tenemos derecho fundamental a la educación pero veo todos los días niños que no van a la escuela sino que mendigan en el semáforo. Pero entonces ¿vivimos en un Estado Social de Derecho o no? Yo creo que esos niños se escapan de la escuela para ir a pedir al semáforo, que en realidad desprecian ese derecho que les ofrece nuestro Estado Social de Derecho.
Pero para que vean que no soy tan intransigente voy a aceptar que esos niños realmente no tienen escuela. ¿Cómo es que estamos pagando sueldos altísimos a los señores que defienden su derecho? Varias personas me han dicho que no hay dinero para las escuelas de esos niños precisamente porque los recursos se gastan en pagar esos sueldos. Entonces no hay tal Estado Social de Derecho.
Y a lo mejor tampoco hay pirámides, pero los colombianos dicen que lo son, tal vez porque alguien los convenció de que habitar en pirámides es elegante. Y repito, lo peor es que sean pirámides irregulares. Aunque no existan, aunque sean tan falsas como el Estado social de Derecho.
Imaginemos un edificio de base cuadrada de diez metros de lado, no tiene medio ni tercio, los pisos 2 y 3 se llaman segundo y tercero, respectivamente. Pero de repente el piso 4 tiene sólo 5 m de lado, el 5, sólo 4,66 m, el 6 poco más de 4 m... Y así, el piso 10 ya llega a ser de sólo 3,33 m.
Que no, Jaime, que no, me repite más de un amigo. Me acusan de malinterpretarlo todo y forzar el sentido de que "cuarto" no es 4º sino 1/4. Y a lo mejor tienen razón, a lo mejor la pirámide sólo empieza después del piso décimo, pues antes se debe interpretar "octavo" como 8º y no como 1/8.
No encuentro forma de demostrar que es así, pero entonces es seguro que la pirámide empieza después del piso décimo, porque ahí sí es muy claro que todo el mundo dice "onceavo"_ (Dios mío, por eso no vemos la parte alta y piramidal de los edificios, porque la confundimos con el pararayos). En fin, son construcciones muy raras, por eso me aferro a la interpretación de "cuarto", porque se ha de estar un poco loco para reducir de forma tan brutal el tamaño del edificio. En todo, caso, si la base del edificio tiene 10 m de lado, el onceavo tendría sólo 3m de lado.
Y lo mismo: si no es una pirámide, ¿por qué no llaman a las cosas por su nombre? En el caso del Estado Social de Derecho se entiende, pero en el de los números ordinales y los partitivos...
Por favor, al menos los que sean doctores. ¿Es tan difícil acostumbrarse a decir "undécimo", "duodécimo", décimotercero, etc.? Y más cuando aparte de esos casos los ordinales no se usan, no se dice "Mi hermano llegó cuadragésimo nono" sino "Mi hermano llegó en el puesto cuarenta y nueve".
La confusión procede de que para 4, 5, 6, 7, 8, 9 y 10 se usa la misma palabra para ambas cosas, y no siempre se sabe de qué se habla: ¿llegaremos a ver a alguien reclamando un tercero_ de una herencia?
(Gracias a Astolfo Sánchez por llamarme la atención sobre este vicio.)
Parece una ciudad funeraria, como dicen algunos que es Washinton D.C. con su gusto neoclásico y su grandiosidad imperial. Pero una ciudad de pirámides no estaría tan mal. El problema es que en Colombia las pirámides sólo empiezan encima del tercer piso. Antes suelen ser prismas de base rectangular o cuadrada, pero a partir del tercer piso empieza la reducción progresiva de una unidad que, creo, es la del tamaño del cuadrado o rectángulo base.
Lo más feo es que no son pirámides regulares, sino que en los edificios muy altos cuanto mayor sea el piso, menos diferencia tiene con el anterior. Y nunca llega a haber un vértice.
Sí, yo soy bobito, yo veo pirámides cuando sólo hay edificios comunes y corrientes. Es que me enseñaron a creer lo que me dicen. También sé que todos tenemos derecho fundamental a la educación pero veo todos los días niños que no van a la escuela sino que mendigan en el semáforo. Pero entonces ¿vivimos en un Estado Social de Derecho o no? Yo creo que esos niños se escapan de la escuela para ir a pedir al semáforo, que en realidad desprecian ese derecho que les ofrece nuestro Estado Social de Derecho.
Pero para que vean que no soy tan intransigente voy a aceptar que esos niños realmente no tienen escuela. ¿Cómo es que estamos pagando sueldos altísimos a los señores que defienden su derecho? Varias personas me han dicho que no hay dinero para las escuelas de esos niños precisamente porque los recursos se gastan en pagar esos sueldos. Entonces no hay tal Estado Social de Derecho.
Y a lo mejor tampoco hay pirámides, pero los colombianos dicen que lo son, tal vez porque alguien los convenció de que habitar en pirámides es elegante. Y repito, lo peor es que sean pirámides irregulares. Aunque no existan, aunque sean tan falsas como el Estado social de Derecho.
Imaginemos un edificio de base cuadrada de diez metros de lado, no tiene medio ni tercio, los pisos 2 y 3 se llaman segundo y tercero, respectivamente. Pero de repente el piso 4 tiene sólo 5 m de lado, el 5, sólo 4,66 m, el 6 poco más de 4 m... Y así, el piso 10 ya llega a ser de sólo 3,33 m.
Que no, Jaime, que no, me repite más de un amigo. Me acusan de malinterpretarlo todo y forzar el sentido de que "cuarto" no es 4º sino 1/4. Y a lo mejor tienen razón, a lo mejor la pirámide sólo empieza después del piso décimo, pues antes se debe interpretar "octavo" como 8º y no como 1/8.
No encuentro forma de demostrar que es así, pero entonces es seguro que la pirámide empieza después del piso décimo, porque ahí sí es muy claro que todo el mundo dice "onceavo"_ (Dios mío, por eso no vemos la parte alta y piramidal de los edificios, porque la confundimos con el pararayos). En fin, son construcciones muy raras, por eso me aferro a la interpretación de "cuarto", porque se ha de estar un poco loco para reducir de forma tan brutal el tamaño del edificio. En todo, caso, si la base del edificio tiene 10 m de lado, el onceavo tendría sólo 3m de lado.
Y lo mismo: si no es una pirámide, ¿por qué no llaman a las cosas por su nombre? En el caso del Estado Social de Derecho se entiende, pero en el de los números ordinales y los partitivos...
Por favor, al menos los que sean doctores. ¿Es tan difícil acostumbrarse a decir "undécimo", "duodécimo", décimotercero, etc.? Y más cuando aparte de esos casos los ordinales no se usan, no se dice "Mi hermano llegó cuadragésimo nono" sino "Mi hermano llegó en el puesto cuarenta y nueve".
La confusión procede de que para 4, 5, 6, 7, 8, 9 y 10 se usa la misma palabra para ambas cosas, y no siempre se sabe de qué se habla: ¿llegaremos a ver a alguien reclamando un tercero_ de una herencia?
(Gracias a Astolfo Sánchez por llamarme la atención sobre este vicio.)